El proyecto BIODIÉSEL fue un proyecto llevado a cabo entre los años 2019 y 2021, con la colaboración de tres empresas canarias, con el objetivo de reducir el impacto medioambiental del diésel y la oportunidad de tratar los aceites usados de cocina en Canarias como materia prima para la producción de biocombustibles. Las empresas involucradas fueron las siguientes:
Las tres entidades consideraban que, en términos de balance energético, era irracional y carente de sentido, exportar el aceite, ya que viola el “principio de proximidad” en el uso de biomasa energética.
El ITC, interesado en desarrollar actividad de I+D+i, deseaba generar actividad económica agregando valor a los aceites vegetales usados en Canarias. ECATAR, por su parte, estaba interesada en la vertiente social, y deseaba generar empleo a través de la actividad industrial de producción de biodiésel a partir de estos aceites, que recogen, y reducir los costes derivados de su reciclaje evitando su envío a la Península. Por último, el interés de AYAGAURES radicada, principalmente, en estudiar la posibilidad de obtener beneficio de la utilización, bien para su consumo propio o bien para su comercialización, de la producción de biodiésel a partir de estos aceites.
La planta piloto de biodiésel, ubicada en Pozo Izquierdo (Gran Canaria), forma parte del espacio ‘BioenergyLAB’, complejo de infraestructuras y laboratorios de los que dispone el ITC para el desarrollo de I+D en el uso energético de la biomasa, la denominada bioenergía. Dicha planta piloto es utilizada con tres fines principales:
Los aceites vegetales usados son una excelente materia prima orgánica para la producción de biodiésel, producto no tóxico y biodegradable. En Canarias, el tratamiento de los aceites vegetales usados requiere de su transporte a la Península para su valorización o eliminación.
Aprovechar el 100% de este residuo como biomasa energética, sustituyendo a combustibles fósiles importados, tiene como principal ventaja la reducción del impacto ambiental que supone el uso de biodiésel en lugar del diésel proveniente del petróleo que, en términos de emisiones de CO2, pueden reducirse en más del 75%. Este biocombustible es apto como sustituto -parcial o total- del gasoil en motores diésel, y como fuente de energía para grandes consumidores como hoteles (calderas), restaurantes, residencias, hospitales o colegios.
Evitar el impacto negativo de los aceites domésticos por vertidos (contaminación de acuíferos, por ejemplo), generar oportunidades de empleo, y cerrar el ciclo de eficiencia y sostenibilidad de los recursos (residuo cero), son otras de las ventajas que ofrece esta iniciativa de Economía Circular.
En el caso concreto del proyecto BIOGREENFINERY, parte de la capacidad de la instalación actual se utilizará para la producción de biodiésel con el cual se dará soporte a la microrred aislada de red del proyecto. Así pues, en aquellos instantes en los que la batería y el sistema híbrido eólico-fotovoltaico no sean capaz de alimentar por sí solos los procesos de producción de hidrógeno y otros combustibles de síntesis, se recurrirá al biodiésel, también generado en la misma localización, para mantener el funcionamiento del sistema.